Dime
corazón, qué hiciste para olvidarme,
cómo lograste sacarme tan fácil de tu vida.
Cómo haces para no extrañar mis locuras,
mis sonrisas, esas que sonaban a retumbar entre las paredes.
Cómo le haces para seguir si mí, cómo si no hubiese existido nunca...
Y me quedo pensando en la fórmula correcta y la encuentro, por eso fue fácil para ti restarme de tu vida y no multiplicar los recuerdos cada día...
Y es tan sencillo y simple como multiplicar el tiempo que pasamos por cero...
Tan sencillo y simple como no amar y solo desear...
Tan sencillo y simple como saber que yo, no fui nada en tu vida...
Aprendí la lección, dividendo mi corazón en mil cifras de este amor que tengo contenido por tí, la aprendí al sentir que hay un hueco en mi pecho y que no voy a volver a amar...
La aprendí muy bien, como esta tarde de domingo llena de soledad, de recuerdos y gritos en mi piel que solo imploran vuelve una noche más, sabiendo que ese sería mi final...
Lo sé corazón, uno no extraña a quién no ama, uno no piensa a quién sobra en tú vida...
Me lo dijiste, ¡No te quiero!, no soy sorda, pero cuando uno ama se vuelve tan masoquista que disfraza las palabras creyendo qué si te extraña.
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