Mi Vecino Parte 2


¡No más estar solo! Descubre el amor verdadero con nosotros.

Diana está quieta, y es porque no puede moverse. Está en ropa interior, exponiendo su desnudez, apenas tapada por un diminuto tanga y un minúsculo sujetador. 



Tiene los tobillos amarrados a las patas de la mesa del comedor, lo que le deja las piernas abiertas completamente. El cuerpo tendido sobre la tabla. 


Los brazos por encima de la cabeza tienen las muñecas atadas, y la cuerda pasa por debajo de la mesa. La cintura también está unida a la mesa. No puede hablar porque una mordaza oculta unos labios besables.



así la contempla Fernando, el vecino del sexto, en la segunda cita que tienen. Fue a la semana siguiente de su primera cita. Diana pudo desatarse cortando la cuerda, tras una noche de placer de ella. Pero no quiso darle otra cita hasta hoy. En el ascensor, al verse por la mañana, sólo dijo "ven esta noche". Y él fue.

"Deseo que me ates de varias formas durante la noche, tu decides como y donde, sólo deseo sentirme expuesta." Fue el deseo de Diana. 


Fernando entiende también que no desea contacto sexual, por eso se limitará a construir sus "estatuas vivas", como él dice de las mujeres que ata, con ella, siguiendo sus deseos pero también las sensaciones de él.

¡No más estar solo! Descubre el amor verdadero con nosotros.



La primera postura es en la mesa, casi desnuda y amordazada. La tendrá así un buen rato, las piernas abiertas, la espalda desnuda en contacto con la fria tabla, las manos por encima de la cabeza. 

Diana cierra los ojos y siente. Siente el airecillo por el interior de los muslos. Siente la saliva que se le cae. Siente los senos que se separan. Siente un cosquilleo en el estómago. Siente calor en su sexo, pero frbo en la barriga. Cierra los ojos.

Fernando, luego de una hora, decide el cambio. Del guardarropa de Diana se ha traido un top negro, una minifalda blanca y unos tacones. Al desatarla le pide que se quite la ropa interior que lleva y se ponga lo que le trae. Ella lo hace. él le venda los ojos. Tras un rato de maniobra la postura queda establecida. 

Diana está de pie, apoyada en sus tacones. Los pies están separados y atados a una barra. Las muñecas están atadas por encima de la cabeza, a un gancho en el techo. Otra cuerda hace como de sostén, señalando los senos de ella por debajo del top. 

¡No más estar solo! Descubre el amor verdadero con nosotros.


Una cuarta cuerda remarca la cintura de la mujer y, al pasar por entre sus piernas, hace que la falda roce el sexo. La postura así hecha, tiene a Diana casi de puntillas, con el peso descansando sobre los tacones y las punteras, es cuerpo estirado.

Ella se siente, con los ojos vendados como los tiene, extremadamente sensual, sabe que él la mira, siente que sus senos, marcados por la cuerda y el top y, sobre todo, los pezones duros, se marcan bien a las claras, y señalan la excitación que la domina. 

El sexo está húmedo, y con el roce de la falda, obligada por la cuerda, su botón le dice que podrba sentir un orgasmo apenas si se moviera un poco. Sin querer, un suspiro sale de su boca. Fernando lo escucha. Para la próxima postura la llevará al culmen.

Al cabo del tiempo, Fernando juzga que Diana debe estar dolorida por la postura, así que la suelta del techo, desata los pies de la barra y se la lleva, ojos vendados, a una silla, la sienta. 


Las manos atadas por detrás, la obligan a apoyar toda la espalda al mueble, y como el respaldo es ancho, los hombros se estiran y los senos se destacan. Los tobillos se los ata a las patas de la silla y las rodillas son también sujetas al mismo sitio.

¡No más estar solo! Descubre el amor verdadero con nosotros.


Diana queda, pues, con las piernas abiertas sin poder cerrarlas, las manos a la espalda, ésta tensa. Ojos vendados. Gentilmente, él le alza el top hasta descubrir sus senos, y la falda hasta exponer el sexo al aire. 

Sólo cinco minutos, y un par de suspiros de ella, bastan para que él bese sus labios, y con la boca la recorra hacia abajo, parándose en los senos enhiestos, que se vuelven más duros aún, y con la meta final en un gran orgasmo por su parte.

él se retira a su casa, volverá dentro de unas horas, para que ella le complazca a él.


la imaginacion es mas fuerte que la realidad


¡No más estar solo! Descubre el amor verdadero con nosotros.


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