Me llamo Diana, vivo sola en un pisito de soltera y trabajo como administrativa en una gran empresa.
No tengo pareja estable (compañero ni compañera), pero si una relación muy cercana con mi amigo Juan y con mi amiga Lourdes, que no se conocen entre sí, y cuando tengo que cubrir mis necesidades sexuales, llamo, a uno o a otra, sin problemas ya que somos liberales, o si no ligo con cualquiera que me sea atractivo o atractiva.
Por cierto si no lo habéis notado soy bisexual (¡qué importa el sexo si el amor es puro!).
Soy muy imaginativa en lo que al sexo se refiere, os
contaré algunas de las cosas que he hecho, y que recuerdo al transcribirlas.
A veces también me lo monto sola,
compré hace tiempo en un sex-shop (¿dónde sino?) un consolador y un vibrador, y
lo cierto es que éste último me gusta más, no tengo que trabajar tanto ...
También me va el bondage, es decir estar atada (o atar), y algo de sadomasoquismo.
Pero es difícil atarse completa
una sola, sí ya sé que para algo existen las esposas pero, que queréis que os
diga, las cuerdas me excitan muchísimo más. Por eso planeé un día una sesión de
sexo yo sola, y atada, pero necesitaba una ayudita, así que me vestí con lo que
quería para ese momento: conjunto de ropa interior de bragas y sujetador sin
tirantes, blancos con encajes (una delicia que resalta mi cuerpo), minifalda
algo amplia, corta hasta medio muslo y camiseta de manga corta con cierto
escote, negras ambas prendas, más unos zapatos de tacón bajo, negros y sin
adornos; sencilla como veréis.
Escondí en vibrador en un sofá
del salón y llamé a mi amigo Juan, invitándole a café, pero le advertí que ese
día ¡no tenía ganas de sexo! (al menos no con él).
Vino puntualmente, estuvimos
charlando un rato porque tampoco es plan de hacerle venir al pobre sólo para
hacerme un favor.
Por supuesto que me dijo que estaba muy atractiva, pues me
había maquillado, peinado y adornado un poco (más de la cuenta, como para
salir, según él).
Al cabo de un rato rogué que se
marchara (sin problemas, ya nos conocemos muy bien), pero antes quería que me
hiciera un favor.
-¡¿Qué es?!,
-¡Átame!,
- ¡Ja Ja, cómo la peli de Almodóvar!,
-¡En serio Juan, toma estas cuerdas
y átame los tobillos y las manos a la espalda!,
-¡Así que era por eso por lo que
me has llamado, ¿Cuál es la fantasía de hoy?!.
-¡ Si, es una fantasía pero para mí
sola, compréndelo!.
Al final aceptó, me ató
fuertemente los tobillos y luego las manos a la espalda de forma que no pudiera
soltarme,
-¡No te preocupes, cuando quiera
desatarme tengo un cuchillo dispuesto, y si no te llamaré por teléfono, anda,
amordázame y hasta luego!.
-¡Bueno, pues hasta otra, y
piensa algo para los dos!.
Nos besamos, me amordazó con un
pañuelo que le había dado y salió, cuando escuché la puerta pensé: ¡ya estoy
sola!.
Forcejeé un poco, perfecto, no
puedo soltarme, la fantasía que había imaginado era que me secuestraban y me
tenían encerrada, atada como estoy, y que de repente tenía necesidad de
satisfacer mis deseos sexuales y tener un 0rg45m0, o varios, yo solita, así,
atada como estaba.
Lo primero que hice fue reptar
hasta el sillón y sacar el vibrador de su escondite, me moví hasta la mesa, en
que había un vaso de agua lleno y como pude mojé el vibrador, mientras movía
las piernas, haciendo rozarse los labios de mi sexo, que se fueron humedeciendo
al irme excitando, por supuesto que los pezones de mis senos se pusieron
erectos cual penes, pero de momento no podía hacer nada por ellos, me tumbé
sobre la alfombra del salón, boca abajo, y como pude me levanté un poco la
falda, ahuequé las bragas y me fui introduciendo el vibrador mojado en mi coño,
ya húmedo por mis flujos.
Cuando estuvo dentro, con sólo la
base fuera, di un giro al mando y el vibrador entró en acción, solté las manos
de él.
La sensación que nacía en mi sexo, con ese objeto vibrando era
indescriptible, parecía que todo mi coño vibraba con él, transmitiendo oleadas
de placer, que hacía que mi cuerpo se estremeciera en el suelo, no sé pero creo
que llegó un 0rg45m0 pronto, todo mi cuerpo se arqueó de gozo, lancé un gemido
amortiguado por la mordaza, mientras intentaba de forma automática desatar mis
manos y pies, claro está que no podía, pero esa era la base de la fantasía.
Una vez que me había corrido,
dejé el vibrador funcionando a más baja potencia, el placer que me daba era más
controlado y pude jugar un poco, boca abajo como estaba, acariciar mis tetas
con la alfombra, mis manos en el culo, pellizcándolo, cogiéndomelo, cuando no
arqueando el cuerpo hasta coger los tobillos con las manos, o encoger las
piernas hasta rozar las tetas con las rodillas, así poco a poco me corrí por
segunda vez, lentamente en esta ocasión.
Apagué el vibrador y lo saque del
coño, por supuesto salía mojado, oliendo a sexo húmedo.
Decidí descansar un
rato, tumbada boca abajo como estaba, antes de moverme y romper las ligaduras.
De repente me asustó una mano en
mi cabeza,
-¡así que esto era lo que querías
hacer!,
Juan no se había ido sino que se
quedó en la entrada que no es visible desde el salón, y sin hacer ruido me
había estado observando,
-¡¿qué tal si sustituimos el
objeto inanimado y duro por un objeto animado, caliente y también duro?!.
- ¡Mmmm!.
-¡No protestes y verás cómo te
gusta también!.
Me dio la vuelta, vi que su pene
se notaba erecto bajo el pantalón, se agachó sobre mi
-¡voy a descubrir esas dos frutas
dispuestas a ser comidas!,
Remangó mi camisera hacia arriba dejando
visible el sujetador, metió sus manos por mi espalda y soltó el cierre del
sujetador, alejándolo de mí,
-¡que rica, fruta madura!,
y era cierto pues me había vuelto a excitar y
se me notaba, inclinó su cabeza y empezó a chuparme las tetas, primero una,
deteniéndose en su pezón, luego la otra.
Mientras, sus manos me levantaban
la falda, y bajaban las bragas, dejando mi coño al aire.
Se levantó ¡ahora,
preciosa! y se desvistió, su enorme polla, tiesa como otras veces, me amenazaba
desde lo alto, ¡vamos para dentro!. Se tumbó sobre mí y de una arremetida me
penetró violentamente,
-¡¿No querías sexo estando
atada?!, y empezó a moverse, no tardamos en corrernos al tiempo.
Cuando acabamos se tumbó a mi
lado, en la alfombra,
-¡¿qué tal?, y me quitó la
mordaza.
-¡Eres un cerdo violador, pero me
ha gustado. Anda, desátame!.
-¡Que te crees tú eso, no querías
que te dejara atada, pues así te quedas!,
y me volvió a poner la mordaza,
las bragas en su sitio la falda caída otra vez, el sujetador, abrochado y la
camiseta en su sitio, se levantó y se vistió.
-¡Ah, se me olvidaba!,
recogió el vibrador, me levantó un poco la
falda, entreabrió las bragas, me lo metió por el coño y lo hizo funcionar al
máximo.
¡Disfruta!,
lo último que escuché antes de
sumergirme otra vez en el placer, fue la puerta al cerrarse.
Diana
la imaginación es más fuerte que
la realidad
Hola Diana hermosa me encantan tus relatos tus fotos eres muy bonita me tienes enamorado de tu belleza eres una princesa MUY bonita Corazón me encantaría ser tu amigo y conocerte mas hermosa muchos muchos besos para ti princesa
ResponderEliminarHola mi amol me encanta como relatas las cosas. Me ponen muy mucho. Besos
ResponderEliminarOye guapa estas lista para mi? A ver qse t antoja umm
ResponderEliminarOye guapa estas lista para mi? A ver qse t antoja umm
ResponderEliminarHello
ResponderEliminarWOWWW
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