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"Pues que fastidio, ¿no?",
"Ya, pero me permite llamarte, ¿Qué estabas haciendo?"
"Nada, acababa de desayunar".
En ese momento Diana decide jugar con su captora y su novio.
"¿Y has pensado mucho en mi",
"Si, y se me está ocurriendo un juego divertido, jejeje".
"¿cual?"
"Sexo a distancia"
"Ya, pero eso ya lo hemos hecho",
"Si pero esta vez es diferente, yo te propongo una situación y tu la sigues",
"Vale"
"Imaginate que me tienes encima de la mesa de la cocina, y me has atado las manos y los pies a las patas, de forma que estoy inmóvil y abierta de patas",
"hummm, esto si que es nuevo ¿y te tengo atada?",
"Si, y vas a darme gusto hasta que me corra cinco veces, pero lo tienes que conseguir de maneras distintas cada vez, a ver como te las apañas, porque si repites paramos",
"parece sencillo, a ver".
La línea se queda muda un instante, la intrusa, que tiene el teléfono en la cabeza de la chica espera, porque sabe que lo que le diga el novio, ella lo hará, ese es el juego a tres que Diana ha planteado y tanto su novio como la secuestradora aceptado.
"Primer modo, el directo" dice Pedro
"Me siento en una silla entre tus piernas dispuesto a comerte entera, hummm, ya estoy saboreandote".
La intrusa deja el teléfono sobre la mesa, acerca una silla y se pone a chupar el sexo a Diana.
"Mmmm, que bien lo haces cariño".
"Ya sabes que te lo como muy bien",
"Que lengua, más arriba, más fuerte", Diana jadea por teléfono, Pedro supone que se está tocando, la intrusa hace sus deberes.
En un par de minutos de jadeos animados por su interlocutor, Diana alcanza el primer orgasmo de los propuestos.
"Mmmm, ha sido delicioso", La intrusa se separa del sexo de la atada relamiéndose los jugos. "Segundo modo, te la meto",
"Si pero recuerda que buscas mi placer, no el tuyo".
"De acuerdo, si las cuerdas lo permiten, acerco tu culo al borde de la mesa".
"Lo permiten",
"Y aprovecho tus humedades para metértela de golpe".
"Si, eso".
La intrusa reaccionó rápido colocándose un arnés con un falo, y ahora introduce el miembro en el sexo de la atada.
"Dale ritmo" Ordena Diana.
La intrusa mete y saca el falo de goma, mientras por teléfono se animan los novios, el calentón que tiene la chica hace que alcance el gozo en poco tiempo.
"Aaahhh, que gusto, que bien me follas",
"Mmmm, ¿no puedo correrme yo también?",
"No, hasta el final no, querido, esas son las condiciones" "Tercer modo, el sensual",
"¿Cómo es?",
"Me coloco a tu lado, y con las manos y la boca te masajeo el torso hasta comerte las tetas mientras mis dedos hurgan en tu interior",
"Mmm, que interesante".
Naturalmente la intrusa se coloca en un lado de la mesa, y recorre el torso de la atada con su boca, dando pequeños mordiscos, hasta detenerse en las tetas de la chica atada, al tiempo que con su mano derecha somete al sexo de la inmóvil a jugueteos, introducción de un dedo, luego de dos, sobado del clítoris, mientras el chico al teléfono va describiendo lo que haría si estuviera en la cocina.
El ambiente sensual de la situación hace que el ataque clitoriano tenga éxito y Diana goce por tercera vez, jadeo que es aclamado al otro lado del teléfono.
"Cuarto método, el vibrador",
"ajá".
Aquí la intrusa no se ve sorprendida ya que ha venido bien pertrechada.
Así que procede a elegir uno de los que tiene, lo introduce en el sexo de Diana y lo activa. Los jadeos al teléfono son inmediatos y la chica está tan excitada que la vibración no tarda en producir sus efectos.
"Quinto método....", pasa un tiempo, a Pedro no parece ocurrirsele otro método diferente, finalmente ella le ayuda "¿PorQué no un 69?
Ya se que ya lo chupaste pero la posición permitirá que gocemos ambas, uy perdón ambos", "Jaja, que traviesa eres, pues entonces yo me pongo .." la intrusa se pone con su sexo sobre la cara de la chica tumbada en la mesa, y se tiende sobre ella hasta juntar su cara con el sexo de ella, y ambas proceden a trabajarse mutuamente.
En el otro lado del teléfono, el chico habla y se masturba. La intrusa no se sorprende cuando la chica atada ataca su sexo con gran avidez, ella no se queda atrás, y al cabo de poco tiempo la intrusa alcanza el clímax, para un instante mientras las oleadas de placer la atraviesan y luego ataca con más avidez el sexo de la inmovilizada, que estalla en un gran grito de placer, acompañado de movimientos de su cuerpo.
El chico al otro lado del teléfono también lo ha oído y al poco termina su masturbación con un jadeo audible. La intrusa se pone en pie tratando siempre de no hacer ruido.
"Uff, Diana que corrida más grande has tenido ¿no?",
"Ha sido fantástico",
"¿la repetimos en vivo cuando vuelva?",
"Seguro que si",
"Pues hasta mañana, que me voy a la reunión, te llamaré a la noche",
"Pues no se si estaré en casa, puede que salga", "No será a divertirte más de lo que ahora",
"No, claro que no, jajaja",
"Un beso cariño",
"Otro para ti"
- Que fuerte Diana, la intrusa te hacía lo que él te decía.
- Y no sabes lo bien que lo hizo, luego me dejó descansar.
La intrusa ahora desata las extremidades de Diana, observa que hay enrojecimientos en la zona donde la cuerda la mantenía quieta, así que procede levantarla, aplicar una pomada y dar un pequeño masaje, luego le pone las manos a la espalda y le coloca unas esposas, la lleva al salón y la sienta en un sofá Cómodo para que descanse.
Antes de continuar el fin de semana.
CONTINUARÁ. . .
CONTINUARÁ. . .
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